Por la Portete

Se subió a la buseta señoras y señores. Marcó como cualquier otro pasajero, pidieron incluso que pague el pasaje. Se sintió bien, aunque todos nos burlamos de él durante
las 2 cuadras de trayecto en que viajó por la Portete. No tuvo más remedio que bajar, al fin y al cabo, de mejores lugares lo habían botado. Como el arrepentido: las orejas caídas y el rabo entre las piernas.

Les recomiendo que visiten a Dael. Por donde ella vive se la pasa uno bien, aunque sea en la buseta. Es la primera vez que veo que un perro sube tan orondo a la buseta y marca, pero seguro estaba cansado el pobre, o quería a como de lugar ir con su dueño, o quién sabe, las intenciones del dueño era dejarlo botado, en fin, tantas cosas que se le pasa a uno por la cabeza.

Entre perro busetero y un letrero en la puerta de un negocio cerrado que anunciaba que se "transladaba" a otro sector de la urbe porteña, puedo decir que el día sábado santo visitando a Dael la pasé bien. Vimos a Chris Martin saltar de un lado para otro e imaginando cuántas se fumó o inyectó para estar así, y ya en un mall más allá comiendo un plato lleno de lechugas con un pedacito de pollo en salsa de yogurt...hecha la light que me quedé con hambre.

Como siempre viendo lo que uno no puede comprar por chiro...buscando, buscando, riendo y riendo, vimos a una coneja de Pascua gigante que al parecer notó que teníamos cierto parentezco, y cual arroz con pollo en fiesta, en todas partes me la topaba. Dael me quería tomar una foto con la saltarina tamaño familiar, pero no la dejé.