El profesional del violín
Es chévere escuchar una buena orquesta con sus respetadísimos acordes de violín, pero hay orquestas que no suenan bien cuando el violín es defectuoso o la persona que lo toca, no es precisamente violinista de profesión.
Estos casos existen. En el juego-orquesta (medio cursi) de la atracción, el gusto y el amor, se necesitan máximo de dos, pero muchos que pasan por este proceso largo y desgastante por lo general terminan requiriendo del violinista.
Pero ¿cuáles son estos casos? Científicamente se han detectado 3 clases de parejas o en estudio de serlo, que solicitan inconscientemente el servicio del profesional del violín:
1.- Aquellos que necesitan del violinista para observar demostraciones cursis de afecto.
2.- Aquellos que se gustan, pero no saben cómo decírselo al afortunado...allí entra un violinazo.
3.- La más peligrosa. Los que se gustan, pero o no saben o no quieren demostrarlo y recurren a la violencia para ocultarlo. Ojo con esta!
Analicemos un poco esta última. Allí están gustándose, pero se pelean siempre, buscan que algo les ponga armonía a su tormentosa relación en proceso (no sé si de descomposición), encuentran un "gil" sí, el violinista que tranquilito le estaba poniendo algo de melodía a su "own life", y termina sin querer queriendo en este submundo.
Que si uno quiere melodía lenta, el otro no, que si el violín debe ser negro, la otra lo quiere rosa, que si el dedo va así, etc...que si el violinista no tiene estilo (que va a tener...no era violinista de profesión, ni un ápice de sentido musical posee). De todas maneras termina como violinista y por lo general con el violín por sombrero.
Si usted quiere saber si le está haciendo de violinista, y aún no se ha dado cuenta...A ver el siguiente cuestionario.
1.- ¿Dos amigos (hombre y mujer)lo invitan regularmente a salir juntos?
2.- ¿Mientras platican, a ese par se le empieza a subir el tono del color de las mejillas?
3.- ¿Discuten ellos por todo, hasta del color de la servilleta, y usted se queda en medio con violín como escudo?
4.- ¿Le exigen que les de la razón y usted solo atina a poner cara de "adiós mundo cruel", mientras mira atónita cómo sus brazos se han alargado notablemente?
5.- ¿Sucede esto regularmente en lugares públicos con mucha concurrencia?
6.-¿ No sabe por qué, pero por alguna extraña razón, se siente avergonzado cuando en realidad es la víctima?
7.- Le sucede esto seguido pero no aprende la lección?
Si la mayoría de sus respuestas es SÌ, lo siento mucho, usted es o le ha hecho de violinista en alguna orquesta conformada por un par de locos que aún no se han dado cuenta de que se gustan o se niegan a aceptarlo. Lamentablemente la cura ya se acabó, ya no se fabrica, le seguírán viendo la cara o el violín.
A pulir el violín se ha dicho!! Después de todo...quien sabe y hasta se puede cobrar por esto.
Estos casos existen. En el juego-orquesta (medio cursi) de la atracción, el gusto y el amor, se necesitan máximo de dos, pero muchos que pasan por este proceso largo y desgastante por lo general terminan requiriendo del violinista.
Pero ¿cuáles son estos casos? Científicamente se han detectado 3 clases de parejas o en estudio de serlo, que solicitan inconscientemente el servicio del profesional del violín:
1.- Aquellos que necesitan del violinista para observar demostraciones cursis de afecto.
2.- Aquellos que se gustan, pero no saben cómo decírselo al afortunado...allí entra un violinazo.
3.- La más peligrosa. Los que se gustan, pero o no saben o no quieren demostrarlo y recurren a la violencia para ocultarlo. Ojo con esta!
Analicemos un poco esta última. Allí están gustándose, pero se pelean siempre, buscan que algo les ponga armonía a su tormentosa relación en proceso (no sé si de descomposición), encuentran un "gil" sí, el violinista que tranquilito le estaba poniendo algo de melodía a su "own life", y termina sin querer queriendo en este submundo.
Que si uno quiere melodía lenta, el otro no, que si el violín debe ser negro, la otra lo quiere rosa, que si el dedo va así, etc...que si el violinista no tiene estilo (que va a tener...no era violinista de profesión, ni un ápice de sentido musical posee). De todas maneras termina como violinista y por lo general con el violín por sombrero.
Si usted quiere saber si le está haciendo de violinista, y aún no se ha dado cuenta...A ver el siguiente cuestionario.
1.- ¿Dos amigos (hombre y mujer)lo invitan regularmente a salir juntos?
2.- ¿Mientras platican, a ese par se le empieza a subir el tono del color de las mejillas?
3.- ¿Discuten ellos por todo, hasta del color de la servilleta, y usted se queda en medio con violín como escudo?
4.- ¿Le exigen que les de la razón y usted solo atina a poner cara de "adiós mundo cruel", mientras mira atónita cómo sus brazos se han alargado notablemente?
5.- ¿Sucede esto regularmente en lugares públicos con mucha concurrencia?
6.-¿ No sabe por qué, pero por alguna extraña razón, se siente avergonzado cuando en realidad es la víctima?
7.- Le sucede esto seguido pero no aprende la lección?
Si la mayoría de sus respuestas es SÌ, lo siento mucho, usted es o le ha hecho de violinista en alguna orquesta conformada por un par de locos que aún no se han dado cuenta de que se gustan o se niegan a aceptarlo. Lamentablemente la cura ya se acabó, ya no se fabrica, le seguírán viendo la cara o el violín.
A pulir el violín se ha dicho!! Después de todo...quien sabe y hasta se puede cobrar por esto.