El Kiosko de las Döner
Empecemos por describir a la Döner. Un rico pan partido en dos, pero no cualquiera, uno especial, grande...relleno de pollo o chancho preparado al estilo Shawarma, con ensalada, Salsiki (una salsa especial turca), muy rica...a mí me encanta.
En Alemania uno encuentra kioskos donde se expende Döner por todas partes...y así los turcos ganan mucho dinero, porque le salvan el hambre a cualquiera, si tomamos en cuenta que a las ocho de la noche los negocios cierran.
Yo tengo mi kiosko preferido. Antes lo atendía el dueno, una persona muy amable, pero desde hace algún tiempo lo reemplaza algún pariente...y todo sería perfecto si no me hubiese puesto el ojo. Cada que voy debo pedir para llevar, porque si me quedo comiendo allí me queda viendo con cara de oveja enamorada.
Hoy no se aguantó el tipo, aprovechando que no me aguantaba el hambre luego de un árduo día de limpieza. Pasé por el kiosko a eso de las 2 de la tarde por mi almuerzo. Me atendió con amabilidad y como no había nadie más se lanzó y me dijo:
Kioskero: Eres de Perú?
Al: No, de Ecuador
K: Ah...y qué idioma hablan en Ecuador
Al: Castellano
K: Qué clase de idioma es ese
Al: Un espanol mejorado
K: Tienes lindos ojos
Al: Gracias
K: Vives por aquí?
Al: Sí, pero no por mucho...y ya me tengo que ir, debo trabajar...me das mi Döner?
K: Ah, sí, disculpa...
Pagué y me largué. No tengo nada en contra de los turcos, y este no está tan mal después de todo, pero no...nada de latinos ni turcos...no quiero formar parte de alguna familia gigante con 8 esposas. Ahora el dilema es...cambiarme de Kiosko o mandarlo al cuerno si sigue molestando.
En Alemania uno encuentra kioskos donde se expende Döner por todas partes...y así los turcos ganan mucho dinero, porque le salvan el hambre a cualquiera, si tomamos en cuenta que a las ocho de la noche los negocios cierran.
Yo tengo mi kiosko preferido. Antes lo atendía el dueno, una persona muy amable, pero desde hace algún tiempo lo reemplaza algún pariente...y todo sería perfecto si no me hubiese puesto el ojo. Cada que voy debo pedir para llevar, porque si me quedo comiendo allí me queda viendo con cara de oveja enamorada.
Hoy no se aguantó el tipo, aprovechando que no me aguantaba el hambre luego de un árduo día de limpieza. Pasé por el kiosko a eso de las 2 de la tarde por mi almuerzo. Me atendió con amabilidad y como no había nadie más se lanzó y me dijo:
Kioskero: Eres de Perú?
Al: No, de Ecuador
K: Ah...y qué idioma hablan en Ecuador
Al: Castellano
K: Qué clase de idioma es ese
Al: Un espanol mejorado
K: Tienes lindos ojos
Al: Gracias
K: Vives por aquí?
Al: Sí, pero no por mucho...y ya me tengo que ir, debo trabajar...me das mi Döner?
K: Ah, sí, disculpa...
Pagué y me largué. No tengo nada en contra de los turcos, y este no está tan mal después de todo, pero no...nada de latinos ni turcos...no quiero formar parte de alguna familia gigante con 8 esposas. Ahora el dilema es...cambiarme de Kiosko o mandarlo al cuerno si sigue molestando.